El Guaraka es un joven albañil de Guaranda, de la provincia de Chimborazo, migrado a Quito en busca de cualquier trabajo que le pueda salir. Mientras hace toda chaucha que le resulte, toca su quena, inventa melodías a la hora del almuerzo. Tiene una que se llama “Mis palabras”.
El Guaraka ha decidido irse a Estados Unidos. El año pasado ya salió su hermano en una caravana desde Ecuador, hecha de personas colombianas, venezolanas y ecuatorianas. Salió en septiembre y llegó a territorio gringo a finales de diciembre. Por eso el Guaraka también quiere irse, se mensajea con su hermano todos los días para preparar su salida.
Este será el último carnaval en Guaranda, su tierra, dice. Así que hará el retorno de la ciudad a su hogar para luego hacer una segunda migración, esta vez, internacional, aún más larga y más incierta. El Guaraka quiere comerse todo chigüil de dulce y de sal que pueda para llevarse ese sabor.

Escucha este relato de Jorge Lucena, narrador de caminantes, deshabitante él mismo de tierras tan cercanas como lejanas: los Andes venezolanos.