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Escritura para la justicia migrante

Este 18 de Diciembre, Día de Acción Global por los Derechos Humanos de las Personas Migrantes, nos enorgullece presentar una antología de poesía y prosa de nuestras compañeras de la Escuela de Formación de Derechos para la Movilidad Humana. Textos de Gladys Calvopiña Herrera, Anayelisth Carpio, Lourdes Coromoto Aldana, Esther Gualtieri, Jorge Lucena, Pam Moya, Ida Cira Sandrea y Sonia Rojas sobre la vida y las luchas migrantes.

#LuchasMigrantes #AutorrepresentaciónRadical #DíaDeAcciónGlobalPorLosDerechosDeLasMigrantes

icono_logo_escuela-05-01 Sanación - Gladys Calvopiña Herrera

El herpes quema en la piel
deja huellas imborrables
el herpes es la enfermedad del luto, de la pérdida
y es también la enfermedad de la migración

Tengo herpes en el pecho,
llevo un duelo en el corazón
desde que te dejé, pequeño país,
desde que me echaste

La sanación viene de las montañas
de sus plantas poderosas y sagradas
de la cascada que me sacude y me reinicia en la vida
Pero aquí no hay cascada, ni montañas

Y, sobre todo, aquí no está
la sanadora, la cuidadora
la mujer constelación
la sabedora de las hierbas
Ella sabría que mi espíritu
está perdido lejos de aquí
llorando solo en algún páramo

Ella con sus rezos y sus cantos sabría traerlo de vuelta a mi cuerpo
The old wise mama
Ella, la que puede cruzar la frontera de la vida y la muerte
Ella, que no tiene frontera

icono_logo_escuela-05-01 No digas que no soy de aquí - Jorge Lucena

¿No ves que hoy respiramos los mismos Andes?

No digas que no soy de aquí.

No digas que no soy de aquí
que hoy comemos las mismas papas
y bebemos la misma chicha.
He traído arepas a tu pambamesa,
nuestra pambamesa.
¿Y la máshika, que en mi nacencia llamaba gofio?

Hoy me deleito en el mismo shapo.

No digas que no soy de aquí,
que hoy tomamos la misma agua
nacida de los mismos glaciares,
y andamos los mismos caminos,
aunque a veces yo a pies y tú, sobre ruedas.
Eso no importa.
Siguen siendo caminos.
Y el agua y el aire y la comida y los paisajes,
tuyos pero que también son míos,
me han nutrido.

La misma masa que del pan de todos
forma mis células y tejidos,
átomos de esta tu nación
que me he comido y respirado,
ahora son moléculas en mi cuerpo
fabricadas con materia de tu país.
Entonces, no me llames “extranjero”.
¿No ves que mi carne se ha renovado aquí?
Y entre más años aquí viva
¡Más tú me voy volviendo!

Es una cosa que dicen los médicos
y los que saben de biología:
Las neuronas son las células que más tardan en renovarse.
Pero de tanto respirar y vivir a un país,
ineludiblemente te vas volviendo de él,
así no quieras y te niegues al principio,
así recuerdes y repases cada noche tus recuerdos
para no olvidar tu terruño,
tu otra nación.
A tu taita, a tu mama,
tus aromas y memorias.
No digas que no soy de aquí.

Que todos tenemos familiares
y algunos amigos en tierras lejanas también.
Que nuestros abuelos llegaron desde lejos,
los tuyos y los míos.
Y nuestros pequeños también se van,
los tuyos y los míos,
buscando sus sueños
En tierras que algunos llaman ajenas.

No me llames “forastero”,
no me hagas invisible porque no tengo tus papeles.
Tú también, alguna vez,
podrías ser un Deshabitante.
¿Acaso no quieres reconocer
que nos alumbra el mismo sol
aunque sean distintos nuestros techos?
Somos leñas del mismo fogón,
y hoy sé que en mi sangre
hay partículas del Cotopaxi que nadan
en mis torrentes orgánicos y en los ríos del alma.
Y hoy te lo cuento, ñaño mío.
No lo olvides con los tiempos.
No digas que no soy de aquí.
Somos hechuras del mismo Creador.
¡No digas que no soy de aquí!

icono_logo_escuela-05-01 Las odiseas de Anayelisth - Anayelisth Carpio

No le ocurre a la mayoría el no saber cómo comenzar nuestra historia. No se trata de cualquier cuento: es nuestra vida resumida en un mensaje de audio, primero, escrito después, comunicado. No, no es fácil. Un día teníamos trabajo, casa, familia, y al siguiente no teníamos nada. Yo vi partir a mi familia, y partiendo ellos se me partió a mí el alma. Yo me decía: “todavía puedo seguir aguantando por mi empleo, por mi cargo, por mis cosas”…hasta que la realidad me golpeó cuando mi sueldo ya no alcanzaba sino para un almuerzo. Sí, un salario entero para pagar un almuerzo.

Partir así. Comencé mi odisea en Colombia, donde la vida es tan cara y el trabajo tan difícil…al menos en Barranquilla, donde pasaba mis noches llorando. Luego me tocó viajar acá, a Ecuador, donde me esperaba mi hermana. Fue difícil, nos bajaron del bus donde íbamos con niños y adultos mayores para regresarnos por falta de documentos. La única forma de pasar fue darles $$$. Al llegar a Ecuador, comenzó la siguiente odisea: buscar trabajo.

Aquí, vemos día tras día nuestra propia ausencia: a pesar de ser profesionales, por no contar con documentos y por no poder validar nuestros títulos, hemos tenido que salir a vender galletas o caramelos. Al principio fue impactante acostumbrarnos a eso, pero nos acostábamos con comida en la mesa. Hoy puedo decir que estoy agradecida con el Ecuador. Su cultura me ha enriquecido mucho y tengo buenos amigos y vecinos. Sin embargo, la lucha sigue días tras día. Para nosotros está prohibido rendirse.

icono_logo_escuela-05-01 Con mi vida dividida - Pam Moya Carrera

Entre la tibieza de la nostalgia
y la blancura enceguecedora de la nieve
que me transporta a algún lugar fuera del tiempo.
Entre el peso de los eventos de mi vida,
interrumpida en otro lugar, que continúa, pero sin mí,

y mi vida en este planeta-copo.
A veces, para saber que estoy aquí,
necesito que me muerda el hielo.
“Dijimos: piedra de cielo”.
Y el planeta tiritó siete mil generaciones.

icono_logo_escuela-05-01 Oler la luz - Esther Gualtieri

           Me gusta caminar. Hace muchos años que tengo la costumbre de moverme. Ir sin destino definido por las calles de mi ciudad, encontrar sorpresas. Descubrir lugares que han dado historias hermosas y otras tantas para el olvido.

            Siempre he pensado que la vida es movimiento. El agua, que es la mayor fuente de vida, siempre corre. Si se estanca, muere. Se pudre, apesta con un olor inconfundible.

            En mis caminatas, he llegado a pensar que soy tan diferente…Pero no es esa diferencia es arrogante que mira por encima de los demás, más bien una diferente parecida a lo “raro”. Puedo oler la luz, ver los números en colores y buscar patrones en casi cualquier cosa que se me presenta a la vista. Por eso las matemáticas son mis mejores amigas. Pero volvamos al movimiento…

            Soñé muchas veces con volar lejos de casa, con escapar al espacio sideral. Huir de un mundo que nunca me ha entendido del todo. O de pronto manejar un carro de Fórmula 1 a toda velocidad para descubrir que a los autos tan veloces primero se los mira y luego se los escucha. Volar a la Toscana, París o Buenos Aires. Pero quiso esa necesidad de movimiento que llegara hasta la mitad del mundo.

            No soy de aquí pero tampoco de allá. Nunca he pertenecido del todo. La única certeza que tengo es la del movimiento. Oscilar para existir, para reafirmar que ocupo un tiempo y un espacio. No sé si me quedaré aquí, pero de alguna manera debo seguir la melodía. La vida es eso, el movimiento.

icono_logo_escuela-05-01 Pisadas de niñas - Gladys Calvopiña Herrera

Pedazos de mundos,
restos de naufragios,
eso somos.
Exiliados de un país que no nos pudo retener,
de un lugar al que llamábamos hogar
y que debimos dejar en medio del amor.
o del terror, que quizás duele igual.
Vagamos por el mundo
como olas que desaparecen en medio del océano
sin que nadie sepa que un día existieron.
Invisibles, somos sombras que se deslizan silenciosas
entre las calles de un país ajeno.
Flotamos en las ciudades como pruebas
y vestigios de un lugar lejos en el mundo que un día existió,
que ahora es ruinas y escombros.
Una tierra que un día fue nuestra, que fuimos de ella,
que tiene las pisadas de nuestros pies de niñas,
un lugar que guarda todavía el eco de la risa de nuestra madre,
el susurro de las primeras palabras de amor, las risas con nuestras amigas.
Una tierra que naufragó en medio de la violencia, de la pobreza, de la indiferencia.
El nombre de un país, de una ciudad, de un pueblo, de un barrio, de una calle,
que quizás alguien aquí haya oído nombrar,
-Ah, sí hay mucha guerra-violencia-pobreza por allá, ¿no?
Soy otra vez silencio, no quiero responder
que “allá” es guerra, violencia pobreza,
para que “aquí” pueda ser paz, seguridad y riqueza.
Y que a eso allá lo llamamos injusticia.
Para no decir que ese lugar es más, mucho más…
Ese es el lugar, al que alguna vez y quizás para siempre llamé hogar.

icono_logo_escuela-05-01 Te invito, en mi arribo - Lourdes Coromoto Aldana

Me tocó emprender una nueva vida, iniciar un nuevo destino, todo ello en cada paso que he dado y que doy, desde el momento en que puse un pie fuera de tu frontera, mi amada Venezuela, viviendo un cambio muy profundo en mi ser al que me atrevo llamar metamorfosis, por ese proceso evolutivo iniciado tan dentro de mí,  tan marcado cual huella matizada de innumerables colores con cada uno de los momentos tenidos en mi ser, acompañados en esta experiencia como mujer migrante en la que me he convertido. Literalmente he iniciado desde cero, enriqueciéndome como ser humano más allá que como individuo, pues si digo como individuo estaría limitando esta experiencia única que con sus sin sabores, altas y bajas, tropiezos y fracasos. Me han dado el punto de arranque mi fortaleza y sabiduría, expandiendo mi conocimiento, pues, no es para nada fácil ver frente a mí una cultura, unas costumbres, unas tradiciones y sistema de vida cotidiano totalmente distintos a los míos y a los de mi país Venezuela.

Por mencionar un ejemplo, a pesar de hablar el mismo idioma damos significados diferentes a lo que tenemos frente a nosotros.

Así pues, lo que para ti es papaya para mi es lechosa,
para ti es maracuyá para mí parchita,
tú dices zapallo a lo que yo conozco como auyama,
tú dices funda yo lo llamo bolsa,
mientras tú llamas merienda a la última comida del día yo la llamo cena,
tú llamas teta del bebé yo lo llamo tetero o biberón,
yo llamo chola, chancleta o chancla a lo que tú llamas zapatilla,
yo digo zarcillos y tú aretes…

Es tan extenso y enriquecido nuestro léxico entre otras tantas cosas que he tenido que familiarizarlo y adaptarme desde el momento mismo en que pisé suelo ecuatoriano, alimentando y nutriendo cada vez más mis conocimientos.
Y, sí, me tocó ser embajadora siendo migrante, me tocó representar dignamente a mí país en este tu país, yo te invito a no verme como problema ni como solución ni como competencia. Antes bien te invito, en mi arribo, a mirarme como convivencia.

icono_logo_escuela-05-01 En un camión de plátanos - Ida Cira Sandrea

Salir de mi país. ¿Cómo sería eso? Nunca lo pensé, no veía más allá de lo que cerca nos cobijaba. Pero llegó ese día y algo me impulsó a salir con mi hija, pensar en riesgos, muchos, pero siempre pegadita de nuestra fe. Ella, con sus 14 años, debía salir adelante, en nuestro país se agotaban las oportunidades y lograr algo era un gran sacrificio, desgastante y hasta inhumano.

Días enteros sin luz, solo la del cielo iluminaba al mundo.
Días sin agua, que corría como vital líquido, pero contaminado.

Llegó el día y salimos… ¡en un camión de plátanos! Así de simple.
Recorrimos los caminos y llegamos al primer paso fronterizo, solas, a navegar con nuestro desconocimiento a este mundo de movilidad y paso de trochas. ¡Y las pasamos! Lo hicimos en moto y en vehículos veloces que llevaban en ellos mis temores y riesgos hasta ir pasando fronteras, países hacia mi destino, y aquí estamos, luego de pasar airosas y agradecidas.

Ver y conocer ahora la movilidad me hace ser más agradecida de estar aquí y seguir progresando, buscar los medios para estar regulares y no sentirme ajena. La tierra, tu tierra, debería ser aquella donde te sientes y te asientes.

Redacción Corredores

Nuestro proyecto se llama Corredores migratorios. Reúne materiales editoriales y documentales, crónica, fotografía, ilustración y trabajo periodístico y académico sobre migraciones con el objetivo de construir respuestas colectivas y políticamente claras a favor de la movilidad humana y la descriminalización de las personas migrantes.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Lourdes Aldana

    Excelente material no solo para leer,
    sino para conocer y expandir conocimientos.

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